En estos tiempos de confinamiento parece que el consumo de pornografía ha aumentado. Un recurso de fácil acceso que proporciona alivio rápido a cuantos se acercan a consumirlo pero, posiblemente el porno no es la mejor manera de alimentar tu erotismo y puedes correr el riesgo de convertirte en un adicto o adicta si te pasas de la raya. Hablamos del tema en el podcast de hoy.
Por un lado, lo de ver porno a cascoporro en estos meses de confinamiento, es natural. Las personas que no viven en compañía han perdido esa posibilidad de contacto con otras personas. Y la pornografía no es mala porque sí. Es una herramienta que puede ser muy útil, como pasatiempo para olvidarte de todo un rato. Pero puede convertirse en un problema que arrastres más allá de este confinamiento, porque el abuso puede hacer que un entretenimiento pase a ser una dependencia.
¿Las mujeres también ven porno?
Cada vez más, sí. Sobre todo han empezado a ver porno las mujeres jóvenes. En los más jóvenes la cultura del porno se está extendiendo mucho.
¿Se ve más porno porque estamos aburridos?
Una de las razones de la subida del consumo es como consecuencia de la frustración. Nos sentimos agobiados, frustrados, solos, aburridos y con mucha frecuencia no sabemos redirigir ese estrés en actividades que nos resulten placenteras que nos reporten bienestar. ¿Qué hacemos? Desahogarnos. Y una manera de desahogarte es recurrir a la masturbación.
Cuando te acostumbras a masturbarte para soltar el estrés, para desahogarte, te arriesgas a entrar en un bucle compulsivo. Estoy estresado/a, me masturbo. Y el cuerpo cae en la trampa. Empezamos a desconectarnos de nuestra propia sensualidad.
No lo olvides…
Tenemos que saber diferenciar entre lo que es deseo sexual de lo que es una necesidad de desahogo. Es decir, cuándo tienes deseo y cuándo vas a consumir porno un ratito para mastúrbate sin más. Cuando tú ves una escena de porno, te lo dan todo hecho. Sólo tienes que mirar y escuchar. No elaboras el pensamiento. El cerebro trabaja a un nivel muy pobre, de manera que la excitación que consigues deja mucho que desear. Es una excitación completamente efímera que está al servicio de ese momento. Coges, ves la escena, te masturbas y la excitación se esfuma. Incluso hay hombres que pierden la erección inmediatamente.
¿Qué ocurre?
Que nos desconectamos de nuestras sensaciones. La mente y el cuerpo se disocian. Las conexiones que enriquecen ese contacto se van anulando. La masturbación se convierte en algo mecánico y pierde riqueza. El cuerpo se desestresa, sí, pero la mente tiende a estar a por uvas y si esto se repite a diario, se convierte en hábito y ese hábito lo acabarás llevando a tus relaciones de pareja.
- Atiende a tus deseos sexuales reales. Y usa la imaginación. Sustituye la escena de la peli por u na escena propia, cosecha de tu propia cabeza. Cierra los ojos y vuelve a tu imaginación.
- No consumas sin control.
- Acostúmbrate a ver porno, cuando cumpla una función de acompañamiento, no de vehículo para masturbarte, sin más. Cuando estás jugando con otra persona o a solas, pero te erotiza.
- Desconecta de dispositivos.
- Usa parte del tiempo que tienes en hacer algo que realmente te apetezca. Sí. Es muy importante darle calidad a ese tiempo porque si nos tiramos a la bartola, aburridos como monos, el tiempo se vuelve monótono y nos aburrimos. ¡Es preferible que te juegues un parchís on line a verte porno sin cesar! Al menos eso no repercutirá en tu vida sexual futura.
Y un poquillo de porno, pues tan fantásitico, pero un muchillo ya es otra historia.
¡Salud para tod@s!
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