RECONNECTING #2. Trabaja la sensualidad

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Empezamos nuestra segunda semana de confinamiento casero… Vamos a darle un poco de vidilla a la sensualidad.  En palabras de un psiquiatra Vienés llamado Otto Kernberg, el amor tiene profundas dimensiones y una de ellas es lo erótico, que hay que trabajarlo a lo largo de la vida. La destrucción de la vida erótica es uno de los síntomas más importantes de la destrucción de la vida emocional. Perdernos en convencionalismos sobre que si la convivencia mata las relaciones o que el tiempo que llevas de relación “deteriora” (y similares), es restarle atención a lo que realmente tenemos que enfocarnos, que es trabajar nuestra sensualidad y la erótica de nuestra relación.

La sensualidad es la llama que mantiene encendido el interés del otro por la relación, tu propio crecimiento personal y la que combate el descontento y la desidia. La sensualidad tiene que ver con la sexualidad, claro está, pero está más relacionada con el erotismo, con la energía personal que cada uno emana, a nivel físico, emocional y, por supuesto, sexual.

Conocerás pocas o ninguna persona amargada o quejica que desprendan sensualidad, sin embargo, sí te habrá llamado la atención que esa persona que tiene “algo especial”, trasmite desde la alegría, el “saber estar”, la escucha, desde una sonrisa, desde la empatía o, incluso, puede hacerlo desde una distancia o halo misterioso, pero que resultan agradables. Esa es la cuestión, que agradan. Hay personas que tienen un talento natural para emanar esa sensualidad y todos los demás, podemos trabajarlo. Trabajar la sensualidad requiere atención, compromiso y también tiempo. Ni que decir tiene que la falta de tiempo es el gran enemigo de las relaciones de pareja.

Ahora que estamos en momento de reclusión, tenemos tiempo a espuertas, por lo que es el momento perfecto para prestar un poco de atención a nuestra sensualidad. Y ojo con buscarnos excusas tipo “hijos u obligaciones varias”… Puedes ocuparte de todo eso mientras, internamente, tu mente y tu actitud están currando. Vamos enfocando.

Empecemos por el físico: es una parte muy importante porque hemos interiorizado unos cánones de belleza que tienden a ser bastante inalcanzables y eso nos genera frustración y descontento con nuestra propia imagen corporal: solemos querer lo que no tenemos. De manera que se complica la cosa. A no ser que estés forrad@ para echar mano de la cirugía estética, la mejor decisión que puedes tomar es la de dejar de quejarte y aceptar lo que tienes.  Así que empieza a amigarte con tu cuerpo. Te dejo alguna recomendacioncilla:

  • Ejercicio: mantenerse en una mínima forma. Aprovecha el confinamiento para empezar una tablita sencilla. Doscientas mil ideas en tu móvil, seguro, que te han llegado estos días.
  • Alimentación: En serio, cuando comes mejor, te sientes mejor y cuando te sientes mejor empiezas a emanar esa cosilla de bienestar que hay proyectar hacia afuera… Benefíciate de estos días de cocina en casa para comer sano y ligero. Con homenaje de vez en cuando, of corsé.
  • El aspecto externo. Es decir, la ropa. Quítate la bata, por favor. Sé que es muy tentadora la idea de estar en casita en plan “Don camiseto” pero la bata no contribuye a alimentar los deseos sensuales de la pareja… Desayuna y haz las abluciones correspondientes, pero después cuélgala donde corresponda y vístete con ropa cómoda, sí, pero que de gusto mirarla. Claro, que si la bata es de una seda maravillosa y tiene las solapas de terciopelo… me tengo que callar la boca. Igual verte de esa guisa leyendo un libro, relanza las bajas pasiones de tu pareja… Si la tenías escondida por casa, aprovecha estos días para sacarla. La otra, la guardas.
  • Cuando nos metamos en faenas sexuales (en otro post), os hablaré del desnudo, también muy relacionado con esa imagen corporal que tenemos de nosotros mismos. Tema mmmmuy importante…

Cuidar tu aspecto físico es muy importante, y no es algo frívolo. Es fundamental para sentirte mejor a nivel personal. La tentación de quedarte en pijama puede ser grande, pero hay que intentar vencerla y más en un momento como este. Si te ves bien, te sientes mejor y si estás mejor es mucho más fácil despertar el interés de tu pareja desde ahí. A través de ti.

Cuando nos instalamos en la rutina, empezamos a pasar desapercibidos. Sin embargo, cuando introduces un pequeño cambio en esa rutina, éste llamará la atención enseguida: el bigotillo o la barba recortados diferente, o recién afeitado, un recogido de pelo no habitual… Sólo por la novedad habrá una doble miradita tipo: “veo algo diferente”.  Aprovecha esa mirada de reconocimiento para hacer un guiño o una sonrisa. ¿Te suena cursi? Pues practica, porque lo de la sonrisa es mucho más sensual de lo que pensamos.

Para trabajar la sensualidad hay que decidir conscientemente ser sensual. La cosa no se soluciona con una ropita interior mona y a correr. Como he dicho a lo largo de todo el post, es un trabajo personal que requiere implicación. Hasta en los pensamientos hay sensualidad, aunque con mucha frecuencia los bloqueamos por pudor o porque nos parecen desacertados, antes de darles el espacio que requieren. No los deseches y aliméntalos con picardía, hasta estando por casa. Fantasea, canturrea y salpica de sensualidad desde la cocina, hasta el baño. Que cuando empiezas con el juego, notas los resultados, te lo advierto…

Ahí te quiero ver… 😜💋

 

3 comentarios

  1. Lorena, gracias! Ahora más que nunca me están salvando tus posts! Me encanta tu manera de ver las cosas para con la pareja. Te sigo leyendo desde mi confinamiento. Gracias.

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